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El musolari errante

Vivencias

Problemas con internet

Hola gente. Sólo excusarme un poco por la ausencia de posts de estas últimas dos semanas. El primer motivo fue el esguince, el segundo que momentáneamente he dejado de tener internet en mi casa, y el tercero que estoy en Badajoz y ahora mi padre tampoco tiene. Espero retomarlo todo a partir del Domingo de Resurrección.

 Feliz Semana Santa

Vaya nochecita

Sentado en el cagódromo, con un esguince de tobillo en la pierna derecha que me ha tenido desde hace cinco horas con la pierna en alto, tiritando como un camello en la Antártida y con unos dolores demenciales en el vientre, tan fuertes que me he tenido que concentrar para no olvidarme de que cómo tengo el pie de chungo y no apoyarme sobre él. La vida te da sorpresas…

 

Antología del despiste

 1. Ramón en el bus. Como siempre, venía absolutamente sopa; en el asiento de al lado, un montón informe de cosas como mi abrigo, mi bufanda, el segundo tomo de “Quatre-vingt treize” de Víctor Hugo, un artículo que estoy leyendo y mi mochila. Me despierto y me pongo a pensar en mates, sigo haciéndolo cuando bajo del autobús, desciendo la escalera y llego a los tornos de Moncloa. El montón informe ahora está en mis manos, pero ya no hay bufanda. Rastreo del intercambiador infructuoso. 

2. Ramón en el Bernabéu. Sentado en la fila 3 del cuarto anfiteatro y rodeado de gente, Minuto diez de partido: “parece que tengo sed”. Lógico, pienso, esas pizzas de Telepizza como la que he comido suelen darla. Minuto veinte: “pues sí que tengo sed, es verdad, si hace falta molesto a toda la fila y voy al bar a por una botellita”, Minuto 30: “esto cada vez va a peor, pero bueno, si he aguantado hasta aquí, ya llego hasta el descanso.” Minuto 40: “aaaaaaaaaaaaaargh!!! qué seeeeeeeeed!!!!!!!!!!!!”. Por fin el descanso, me voy a poner el plumas y me voy al bar. En ese momento algo duro me llama la atención en el bolsillo interior. Ah, es verdad, justo antes de subir había comprado una botella de agua, por si tenía sed en el partido. Con el precinto puesto todavía. 

3. Ramón en casa. Sábado por la noche, invitado a un cumpleaños, hay que adecentarse un poco. Me afeito con tranquilidad, me ducho, me visto con cierto cuidado, me pongo las lentillas, me echo gomina en el pelo. Mientras, pienso en el partidazo que acabo de ver, un espléndido PSV-AZ Alkmaar. Cuando mi mente vuelve de Holanda, reparo en la gomina sobre la mano derecha. Qué raro, normalmente es cremosa y translúcida, y hoy es blanca y voluminosa. Recuerdo vagamente los tiempos de Badajoz en que me echaba espuma en el pelo, y ese es el ruido de fondo que acompaña al grito interior. Tengo la cabeza llena de espuma de afeitar. El último fotograma, arrodillado y con la cabeza bajo la ducha, tiene aroma a penitencia. 

Dos días frenéticos en ocho fotogramas

Dos días frenéticos en ocho fotogramas

Miércoles.

1. Morgen. La primera reunión en mi cubil de esa gente con la que convivo día a día en un almuerzo que es mucho más que un acto social. Pretexto cumpleaños y atractivo chocolate belga. Presencias inolvidables en un gran círculo, como podéis ver afortunadamente inmortalizado, aunque borroso, por mi cámara moribunda.

 

2. Afternoon. Mi primer consejo de departamento, luchando con éxito moderado contra Morfeo. La celebración en el más distinguido Reform Club de Getafe, con la socialización que más me gusta: la que está basada en escasos pero fuertes baluartes de prometedora relación, pronto amistad quizá. Ya voy conociéndolos a todos, a mis compañeros lejanos cada vez más sólo en la distancia.

 

3. Vespre. Inma, siempre luminosa, contando en un garito sin nombre la historia tremenda de sus abuelos, y de los que vivieron con ellos. Y también el Buenos Aires que ha visitado estos días, ella merece esta ciudad y viceversa. Un cómic de Maitena intacto sólo haasta mañana, un barril de batido de chocolate en un Vips, sonrisas patakieras por doquier y el tren que se fue demasiado pronto.

 

 4. Nuit. Al fin Rosa, al fin solos, al fin el abrigo imposible, qué regalo Dios mío. Y un restaurante con fuente donde parecía que no había nada, qué mejor que el gran carpaccio y los gnocchi, señales inequívocas de que pasé de los treinta y del disfrute que espero encontrar una nueva época. Dio igual que las velas se apagasen, no necesito ya verla para saber que está.

Jueves.

 

 5. Manhana. Sabios y divertidos, se reunieron en la churrería agonizante de Diego de León los pioneros blogueros futboleros, sabios y divertidos, con Borja en el camino y Galder en el recuerdo. Hubo análisis, recuerdos, puyas y proyectos, pero entre tanta risa se necesitaba sutileza para captarlos. Los que menos veo y sin embargo, día a día, más presentes están. Viva la Red.

 

 6. Mediodía. Comida final, los mismos rostros, alguno menos y más, de ayer alrededor de los bombones, palidecen en la seguridad de que hasta el 2007 se convertirán en un espacio en blanco (otros, lejos, deberán llenarlos). Por eso, los sentí un poco más cerca en el comedor casi vacío. Y me faltó Elisenda.

 

 7. Sera. El último pádel, extraña y apropiadamente, cuatro desde el principio hasta el final, y hay agradable impresión de que es gente para tiempo (y no sólo con una raqueta en la mano). Y despedidas, en pista, coche y metro, cada cual con previo más prolongado que el anterior, y que más corto a su vez se hacía.

 

 8. Nox. El colofón, asistencia a recitado de poemas con fondo musical por amigos de la parte consorte, mucha gente a la que me alegré de volver a ver, atmósfera estupenda, alguna reminiscencia a Lorca y muchas veces Feliz Navidad, todas las que haga falta. E incluso una más, dedicada a ti que me estás leyendo.

¿Qué hago ahora? (jueves, dos de la mañana)

¿Qué hago ahora? (jueves, dos de la mañana)

¿Dónde pongo lo hallado?
En las calles, los libros
La noche, los rostros
En que te he buscado

¿Dónde pongo lo hallado?
En la tierra, en tu nombre
En la Biblia, en el día
Que al fin te he encontrado

¿Qué le digo a la muerte tantas veces llamada a mi lado
Que al cabo se ha vuelto mi hermana?

¿Qué le digo a la gloria vacía de estar sano
Haciéndome el triste, haciéndome el lobo?

¿Qué le digo a los perros que se iban conmigo
En noches perdidas de estar sin amigos?

¿Qué le digo a la luna que creí compañera
De noches y noches sin ser verdadera?

¿Qué hago ahora contigo?
Las palomas que van a dormir a los parques
Ya no hablan conmigo

¿Qué hago ahora contigo?
Ahora que eres la luna, los perros
Las noches, todos los amigos

A day in the life

Me he levantado a las ocho, después de concederme una hora de crédito respecto a mi despertador. Lo primero del día ha sido hacer una crónica del partido del Madrid de anoche, que ha estado basada en la idea de la contradicción. Me ha llevado bastante rato, aunque creo que al final ha merecido la pena (“Un buen día” --> Los Planetas). Me he dado una ducha que me ha hecho sentir bastante frío –Noviembre ya se nota en Madrid, mucho más en Colmenarejo-. Cuando me disponía a irme, los compañeros de la lista de Diarios de Fútbol (cómo me gusta esa lista!!!) habían disparado sobre puntos calientes de mi post, como la posible resignación del Bernabéu, las debilidades del Madrid y la aportación de Robinho. La contestación me llevó otro buen ratito.

 

Acabados estos “deberes”, me fui camino de la Uni. Para ir aprovechando el tiempo, estuve repasando en el metro las partes de la demostración del artículo de Bob y Joana sobre categorías de transporte que debía adaptar para la propia prueba que yo tengo entre manos. Ya me avisó de nuevo la soñera a la altura de Ciudad Universitaria, así que cuando tomé el bus en Moncloa ya sabía lo que iba a pasar. Debí dormirme antes de partir, y volví a la consciencia en Torrelodones, como media hora después. Fue fácil salir del túnel, retomé mi artículo y... voilà! ¡Realmente si nos quedamos sólo con los céntricos que contienen al strongly closed nos queda un linking system (en sentido un poco amplio)! Esto suena a galimatías, pero simplifica extraordinariamente lo que tengo que escribir.

 

Eufórico subí al despacho, saludé a Pablo y me puse a comprobar los detalles. Sin duda, sin duda. Magnífico. Un buen rato verificando, y a comer. Faltaban hoy parte de los informáticos porque había una presentación de Microsoft, pero aun así nos juntamos un número decente de personas. Durante la comida –spaghetti y patatas con carne en mi caso, decentes- fijamos el paddle para mañana. Laura no estará, pero parece ser que se confirma su interés; necesitamos gente así. Tras el café reglamentario, vuelta al zulo, donde estuve solo casi toda la tarde. Un momento para dar noticia del sorteo de Octavos de Final de Copa, y a comenzar a escribir a mano la prueba de mi resultado, cosa que me llevó todo el resto de la tarde. Justo antes de irme, miré un pequeño video de goles de Ronaldo en el Barcelona (se me caen los lagrimones cada vez que lo hago) y contesté un par de mails que me pedía el cuerpo contestar.

 

A la vuelta, repetición de la historia, con fase REM en el bus y despertar bastante más duro que en la ida. En el metro retomé “El poder y la gloria”, el libro que estoy leyendo ahora, y que me ha motivado más esta vez. Habla del marxismo en México. Justo antes de llegar, entré en el seudoOpencor a la mandarina que hay aquí cerca, y compré unos Doritos para hacer con los chiles (por si tenía que cenar solo), una pizza (por si estaba Rosa) y chocolate, que es poco menos que imprescindible en este piso. Cuando llegué a casa, albricias ya estaba Rosa. Estuvimos charlando un buen rato mientras desaparecían los Doritos, y viendo el partido del Barsa hasta que éste marcó el primer gol. Después me pasé al Multichampions.

 

En el descanso, cena a base de pizza, con el detalle peculiar de que, por el mal funcionamiento de los encendedores del piso, tengo antes que prenderle fuego a un palo de los chinos en la hornilla para a continuación meterlo en el horno y que salte la chispa. A continuación, estuve haciendo un poco de limpieza de periódicos, pues con la suscripción que me regaló la Madrina se me acumulan de mala manera. Bendito problema, de todos modos. Cuando terminé esta parte, Rosa ya estaba en Territorio Morfeo, y a mí me correspondía cambio de sillón para que ella pudiese estirarse. En este desde el que escribo, he visto el séptimo capítulo de la tercera temporada de House, que está remontando tras un pequeño bache al principio. El capítulo de hoy estupendo, con un suicidio inducido, House contando por qué se dedica a la medicina y John Larroquette (el fiscal de Juzgado de Guardia, para quien tenga memoria), gordo como un trullo, haciendo un secondary role estelar. Cuando ha terminado, un poquitín de charla en el msn mientras Rosa, sorprendentemente despierta de nuevo, se dedica a contarse su vida por móvil con su amiga del alma. Acaba de meterse en la piltra, y yo la seguiré en breve, porque va a dar la una. Un día bien aprovechado.

The walls

El otro día le recomendé a un compañero de la facultad “La música de Erich Zann”, de Lovecraft, uno de los cuentos más terroríficos que he leído en mi vida. Trata de un tipo que vive en una calle de París (que luego es incapaz de volver a encontrar) que escuchando a través de la pared descubre una música extraña que toca un violinista que es mudo. Consigue conocerlo, y poco a poco va descubriendo que esa música está mucho más allá de ser simplemente extraña...

 

El protagonista está aterrorizado, pero por lo menos la delgadez de la pared le lleva, por un lado, a una poderosa experiencia de intensidad, y por otro a la gloria literaria de la mano del prodigioso y tarado cerebro del genio de la Arkham ficticia. Es un poco de suerte eso; donde yo vivo, sólo compartimos dos paredes. En una vive un mujer de noventa años, sorda como una tapia, a la que cuida una mujer rumana de unos cuarenta y tantos que es un encanto, aunque tiene pinta de haber sido fuertemente golpeada por los ir y venir de la vida. De ese lado escucho la tele cuando voy tarde a la facultad (y a veces el Más Deporte (!!!) si me quedo a comer en casa), la voz de plañidera de la vieja salmodiando “Elena, Elena” en un tono de voz cada vez más elevado, la respuesta de la susodicha “qué quiere, Abbbela?” y tertulias vespertinas con otras mujeres que aparecen con frecuencia, y que según fuentes fidedignas son descendientes de la mujer, probablemente en grado superior al quinto.

 

En el otro lado, la pared opuesta es en la que se apoya la cabecera de nuestra doble cama. Ahí sé de buena tinta que vive un matrimonio que, por el tono y la textura de las voces, debe frisar los cuarenta y tantos. De estos sé bastante poco, y de hecho no conozco ni sus rostros (debido a que no entran por el mismo portal que nosotros). Sin embargo, he colegido que al menos en algunos momentos de su vida, la pareja no debe llevarse demasiado mal, a juzgar por cómo gemían en algunos momentos en que yo, a unos dos metros de ellos y bajo la ardiente canícula veraniega, intentaba infructuosamente dormir la siesta. Uno de estos días, el sueño voló de mi lado a la vez que escuchaba la perentoria frase “Qué bien lo haces, cabrón!!!”

 

Mejor leer libros de Lovecraft, realmente,

Highlights from Portogallo

Highlights from Portogallo

-         Con Lucía en el coche en el que ella me transportaba gentilmente de Vigo a Braga. Comenzó a llover, y hubo un momento en que lo hizo de modo tan infernalmente furioso, que los ojos tenían vedado todo lo que hubiera más allá del parabrisas, y el estruendo no nos dejaba escuchar nuestros propios pensamientos, mucho menos lo que decía el otro.

 

-         Joe Neisendorfer terminando su última charla, tras recibir el aplauso y expresar los agradecimientos de rigor, lanza su tiza a Gustavo, que se encontraba en primera fila, para que éste con ella diera la conferencia siguiente. A continuación, el native American se queda pensando y dice “I used to be good on this”. Se aleja de la pizarra unos diez metros, y ante el asombro del respetable, tira la tiza y la deja exactamente en el pequeño espacio que hay dedicada a ellas en la parte inferior de la pizarra; ese que existe en casi todos los encerados del mundo. Cualquiera que haya intentado esto alguna vez sabrá de su dificultad, tanta que después del asombro, todos rompimos en otro aplauso quizá incluso más ruidoso que el anterior.

 

-         Los arroces, como representantes canónicos de la descomunal calidad de la comida portuguesa que, una vez más, tuve ocasión de disfrutar. Arroz con lubina para comenzar, inolvidable la mediana cacerola de barro, no arroz pero casi con la açorda de marisco, con polvo o pulpo, con espinaca y pollo como reminiscencia francesa, y de propina, llegada y en casa ese arroz con salchicha, huevo y pimienta, blanco y sabroso, que conocen casi todos los que me conocen.

 

-         Cuando tomamos un tren que nos devolvía de Oporto a Braga, atestado por cierto, se me sentó delante un viejo que me dio bastante miedo. El hombre tenía un ojo más pequeño que otro, y el que era mayor estaba medio vacío; además parecía tener entre doscientos y trescientos años. Iba yo hablando de unos interesantes problemitas con Neisendorfer, cuando de pronto el viejo pone la cabeza como a un diez centímetros de la libreta en la que estábamos escribiendo, se vuelve hacia mí, clava su ojo y medio en los míos y me farfulla o casi me grita algo en un idioma que no pude entender, pero semejaba Lengua Negra. De pronto me vi en el medio del video de Thriller, hasta que volví a escuchar la voz tranquilizadora de Joe diciendo “S^3{p} is a p-torsion space…” Curioso que algo tan abstracto me devolviera a la confortabilidad del mundo real.

 

-         Y Oporto. La vista desde el segundo nivel del puente Eiffel no debería ahorrársela ningún mortal. Ninguno.

Larra 2.0

 

Acabo de encontrar en Internet una dirección donde están los comienzos de cien novelas que a alguien le ha  parecido necesario remarcar. Como casi siempre en este tipo de cosas predominan las obras en inglés, aunque por supuesto he encontrado la página correspondiente en castellano, donde por cierto había solamente treinta. Será quizás porque es una lengua un poco más antigua. Es extraño cómo algunos de esos comienzos no dan la mas mínima idea sobre el desarrollo de la historia (si es que la hay) mientras que otros se puede decir que incluso la contienen completamente, caso del principio de Crónica de una muerte anunciada. La verdad es que no sé cual es mi favorito, yo que tan dado soy a buscar mi favorito de todo, incluso cuando el objeto no está bien definido. Me pasó por ejemplo con el tema de la mejor película de los últimos veinte años, asunto de mi post más comentado en las dos semanas precedentes.

 

Ni idea de qué considerar la mejor película. Pero sí que tengo algunas pistas. Desde luego, ayuda una buena idea argumental. Tambien que el montaje tenga su importancia. Y estupendas interpretaciones, aunque a veces simplemente ajustadas pueden ser tan válidas como la que más. Yo no soy David Lynch, asi que no le doy tanta importancia a la música, aunque reconozco que ayuda a los que buscan más clima que una cierta reminiscencia del juglar de los tiempos medievales. Y también por supuesto que te impresione: es dificil sentir simpatía por una obra gélida; en la cabeza de todos está el juego de metrónomo de Laudrup, pero lo que siguen repitiendo los ultrasur cada minuto siete es el canto ligeramente necrófilo que invoca la memoria de Juan Gómez, ese gran agitador.

 

Yo admiro a los agitadores. Me gustaría saber quién ha hablado de la admiración de los intelectuales por la violencia, porque el tipo fue o agudo o sincero, dependiendo de si él mismo se consideraba intelectual o no. A mí me gusta llamarme así sólo hasta el punto en que suena pretencioso, ahí ya prefiero abandonar la denominación. Antes pensaba que intelectual era el que utilizaba esencialmente el cerebro para relacionarse con el mundo, sacar provecho de él y a la vez brindar beneficio, pero ya no estoy tan seguro, sobre todo desde que me enteré de que tenemos una especie de segundo cerebro junto al estómago. La verdad es que hace falta un médico en la sala para saber qué grado de veracidad se debe atribuir a esa historia. Uno no puede fiarse de todo lo que encuentra en Internet. Un dia se cubre de fama social al publicar en una comida la gran noticia de que doscientos gitanos se han marchado de un vips sin pagar, y al dia siguiente llega otro aún mas enterado a decir que ha sido un bulo; lo cual te hace perder tu momento de gloria a la vez que te sume en una duda existencial de carácter casi completamente infinito sobre la veracidad de la noticia y sobre la teoría general de la información.

 

En fin, ahora hablaría de la extraña historia que he verificado vía video sobre el tipo que mató a su perro a palos y fue denunciado por un veterinario que tenía problemas ancestrales con él. O de cómo he visto hoy a Héctor Alterio representando un magnífico Juan Pablo Castel en una versión algo descafeinada de las inmensas cantidades de tragedia que contiene el túnel de Sábato. O de como un carpaccio y unos gnocchi tomados en un restaurante con aspecto levemente reminiscente de las grandes habitaciones de la oficina donde el señor Baxter iniciaba su drama en “El Apartamento” pueden transportarte a ese cielo etéreo, instantáneo y sensual que quiza sea el único que existe y al cual se llega, autopista preferente,  por mediación del Oráculo de Delfos de las gastronomías locales. Pero hace demasiado sueño para todo esto, así que os dejo, no sin antes remarcar que ultimamente me vuelven las pesadillas. La última, sobre mi falta de moral en la responsabilidad de un crimen que al final habíamos cometido entre tres, en una de esas ciudades vacías a las que mi mente tiene la cobardía de llevarme cuando estoy indefenso e inconsciente.

 

En España escribir ya no es llorar, pero casi y además en todas partes cuecen habas.

Morricone enterrando Cracovia

If only I could bend and break... Hay una idea inquietante y a la vez terriblemente adictiva en el comienzo de esta canción... Es el miedo a lo bueno, el miedo a lo grande, al enfrentamiento, al cara a cara. Ojalá pudiera solo doblarme y romperme, para no tener que llegar a ese lugar. A veces me ha pasado, me he visto en sitios en los que realmente quería estar, y cuando al fin estaba a punto de llegar, cuando una puerta que me llevaba al infierno o a las estrellas (Cyrano dixit aunque no sé si exactamente así) estaba a punto de abrirse, me he dado la vuelta y me he ido. Recuerdo una espera infinita en una biblioteca que duró una hora, quizá también un paseo que terminó enfrente de una noria con una llamada pretextando enferemedad que no tenía, sólo existía en mi imaginación,  luego la sensación de alivio, de que había sobrevolado el puente que me llevaba a lo desconocido y quizá a una decepción, no era el momento.

 

De modo diferente, ese Bend and break también me trae recuerdos del final de Frenético. No la recuerdo muy bien, sólo que secuestran a la mujer de Harrison Ford, que la peli es de Polanski y que la primera media hora es un ejercicio descomunal de cine de acción. Pero la escena a la que me refiero tiene para mí el ambiente de esa cancion: es una ciudad grande, en una mañana fría y neblinosa, y en la pantalla, se ve el río sobre el que el día comienza, un puente, y los personajes que esperan, no sé qué, pero no es indiferente, es importante.

 

Nuestras vidas son los ríos que van a dar a la mar, que es el morir.. No veo yo, desde luego, la muerte como un mar, es algo muchomás estrecho, y el que no locrea, que se encierre en un cuarto oscuro y se concentre viendo en Kill Bill la terrible escena de la solitaria tumba de nosequé nosequé (Julia algo quizá??).Yo vi eso en Zürich con doble subtitulación en francés y alemán y sufrí un ataque de claustrofobia del que casi no merecupero. Será que las historias de catalepsia de Poe-Corman se m ehan clavadodentro, como muchas de las cosas que uno ve en la niñez, el crimen de la calle Fuencarral, Angela Cavagna bailando, las persecuciones de Joe el Indio y muchas otras. Esa del Indio es la primera pesadilla que recuerdo con nombres y apellidos, me seguía y me atacaba y no había nada que hacer.Tantas pesadillas que he vivido este año en Madrid... Serán debidas a que la felicidad siempre necesita una contrapartida, aunque sea inconsciente?? La ultima, ese taxi en Benagalbón que me costaba mucho más de lo que yo podía pagar, y cómo podía haber informado mal al conductor si no estaba borracho, cómo es posible que lo hubiese olvidado todo.

 

Voy a cerrar ya, preparándome para un domingo plácido que no implica ningún tipo de preocupación propiamente mía. Solo quiero encontrar ese Sylow, dificilmente en el primo 2, mas probable en un impar, acabare preguntándole a alguien ya que internet no es tan fiable como parece si decides apretarle un poco las tuercas y no te quedas en esa busqueda superficial. Y hablando de búsquedas, como es posible que en Wikipedia haya el doble de artículos en polaco que en castellano? Lo primero que se me ocurrió es que deberia tener que ver con la Iglesia, pero tras meditar un poco y no hallar conexión ninguna he llegado a la conclusión de que debe ser porque quieren dejar huella antes de que les llegue el cuarto reparto. Me encana Wikipedia, aunque tenga un articulo sobre Mendilibar y ninguno sobre el Don Juan de Torrente Ballester. Qué libro me leo ahora??? Ni idea, quería lanzarme sobre el primero de Harry Potter pero no lo tengo a mano. Elegiré bien porque Rosa me lo regala... Anda! tengo por ahí el de Capek que me compré en la feria del libro, pues ese va a ser creo yo.

 

Bueno, voy a por la próxima pesadilla entonces, espero mal menor de sueño sin sueños, mayor me estoy haciendo porque ya ronco incluso cuando no estoy boca arriba y además, porque he encontrado fotos en las que me parezco a mi padre.

  

Cómo se nos va la cabeza

 Tres idas de olla verbales espectaculares de los últimos días:

La primera, hablando con un amiguete el otro día, mientras andábamos por la calle Arenal a las cuatro de la mañana. Se nos mezclaron dos conversaciones, una que versaba sobre la muerte de Porthos (uno de los tres mosqueteros) en la gruta de Locmaría, y la otra sobre lo mafiosos que son los candidatos a la presidencia del Madrid, que diariamente están comprando votos. Mientras, nos vamos a acercando a Joy Eslava, que está por allí. En un momento dado, uno de los dos dice: "La gruta de Locmaría es un sitio real, vi el otro día una foto en internet". Y otro, se supone que mirando el portal de Joy, contesta: "Los socios están comprando votos regalando tickets para entrar". Respuesta: "No creo que regalar entradas para la gruta de Locmaría sea la mejor manera de ganar las elecciones del Madrid".

 

Otra, mucho más tarde cuando ya volvíamos a casa. Íbamos buscando palabras que no tengan ninguna rima consonante en castellano, como por ejemplo, cárcel (presuntamente). En esto, nos encontramos en la basura un Subbúteo, que para quien no lo sepa, es una especie de futbolín. Tras flipar un rato con la visión, digo yo: "Subbúteo no tiene rimas aparentemente" y acto seguido me corrijo "Sí, glúteo!" Y contesta mi amic: "De todas maneras, tener que tirar de Subbúteo me parece un poco cogido por los pelos!!!"

 

Por último ayer en la comida, nos habló un chaval de cómo en Ecuador se había comido vivos unos pedazo de gusanos. Cuando entre muecas de asco de la concurrencia le preguntó a qué sabían los gusanos, me respondió la última cosa que hubiera esperado: "A kikos!!!!"

Al borde del abismo

Dos derrotas y una victoria. Ese es el triste balance que nos trajimos ayer mi compi y yo del torneo de Carabanchel. Considerando que a la tercera partida perdida te echan, me parece que el título del post está justificado. De la noche de ayer me traje algunas cosas positivas y varias negativas, que os describo a continuación, empezando por las guays del Paraguays:

 

-         La principal, que ha vuelto a encenderse en mí la llama del mus, no apagada, pero sí dormida desde hace bastante tiempo. Ahora encuentro inconcebible que llevara cinco meses sin jugar.

 

-         El talante de nuestros contrarios, todos muy majos y agradables; fue un placer jugar con ellos. Había uno que se parecía Jesús Gil y otro que era igualito al cantante de Siniestro, por cierto.

 

-         Volver a disfrutar del ambientillo, el hervidero de mesas, voces, humo y palabrería que encubren el ejercicio de inteligencia que es siempre jugar al mus.

 

-         Algunos buenos momentos en que nos defendimos sin cartas y parecimos recuperar el nivel de antaño, especialmente en la primera y tercera partidas.

 

Cosas que no me gustaron:

 

-         La principal: las eliminatorias son demasiado cortas, una simple vaca. De este modo, la suerte tiene un papel excesivamente preponderante, y es más difícil que gane el mejor. Es como jugar partidos de fútbol a media hora. Cuando las parejas son equilibradas, y ayer nos ocurrió por dos veces, el viento de la fortuna decide mucho más de lo que es deseable. Tres vacas sería lo suyo en una primera ronda.

-         El deje de pares y juego. En las normas dice que si envidas a pares o a juego, te reenvidan y te rajas, te llevas una piedra extra. Esta norma es común en los torneos, pero a mí me parece que va contra el espíritu del juego. Y la prohibición de decir frases tipo “no veas el órdago a pares, llevo la una” ya es la monda, el colmo del nonsense.

-         Nuestro nivel, sin ser malo, no es el deseable, se notan los años casi sin jugar de compañeros. Yo pasé poquísimas señas, y hubo algunos ratos en que estuve un poco fuera de la partida. Espero que esta tarde se note el rodaje de ayer.

-         Los carrerones que me tuve que meter. Del metro al bar, porque llegaba tarde, y otra vez lo mismo, porque me había olvidado la bolsa. Al final acabé volviendo en bus.

  

Las partidas más o menos fueron del siguiente modo. La primera nos tocó con Jesús Gil y un compi joven. Jugaban bastante bien y muy rápido, sobre todo el viejo. Ganamos el primer chico sin despeinarnos, pero mediado el segundo y con buena ventaja nuestra pasamos un rato de sequía absoluta que aprovecharon para ponerse 2-1. En el cuarto juego llegamos a perder 12-25, pero Luis remó perfectamente y yo clavé una mano estupenda de 20 puntos más o menos con un solomillo. Con el 2-2, ganamos el último chico con cierta tranquilidad.

 

La segunda partida fue contra un hombre y una mujer de mediana edad, muy simpática ella. Jugaban de modo muy standard, arriesgando muy poco, con la nota exótica de un buen par de muses negros por parte de la jincha. Perdimos el primer chico por traición de la estadística: un órdago visto con tres reyes entre mi compi y yo. En el segundo me precipité yo con otro órdago a pares en el momento malo. Ganamos el tercero con facilidad, pero en el cuarto les entraron cartas bastante mejores y supieron jugarlas. Esta fue mi peor vaca, especialmente porque me entraron en los primeros compases las mejores cartas de la noche.

 

La tercera partida fue la más interesante, con dos tipos dicharacheros (el Siniestro y otro) que jugaban bien, especialmente el primero. Al cabo de un rato íbamos 1-1, con bastante igualdad en el juego y los mejores momentos de mi compañero. El no-Siniestro no se achantaba, y por ahí se le fue un juego. Después nos pusimos 2-1, no recuerdo cómo, aunque creo que con tranquilidad. En el cuarto juego, el Siniestro no vio de primeras dadas un órdago a pares con empate a 35 más o menos teniendo tres sotas, porque llevaba la una; mi compañero llevaba medias de caballos, el Banco de Bilbao. Ahí estuvo la partida, pues en la siguiente mano, con 38-37 para nosotros, nos cortaron, se llevaron el "porque no" a grande, nosotros el de chica, se llevaron el también el órdago a pares y no tenían juego; y yo con una una seca en la mano; como diría Woody Allen, el anillo cayó mal. En el último chico, el Siniestro me robó un par de envites buenos, nos vinimos un poco abajo, y la partida concluyó cuando el compi de aquél, completamente loco, vio un órdago a contrajuego con ventaja de 25-10 más o menos. Mal jugado (y se lo dijo su colega) pero le dio la victoria. Mi compi llevaba la 2.

 Y nada, pues hoy todo el tiempo con la espada de Damocles sobre nosotros. Yo creo en el milagro.

Previo de tonight

 Bueno chicos, hoy es un buen día para recordar el nombre de este blog, porque estoy convocado a las diez de la noche para un campeonato de mus en Carabanchel, y también porque sabe Dios como me las arreglaré para volver a casa… La verdad es que voy sin demasiadas esperanzas, porque aunque el mus es como montar en bici y nunca se olvida, también es cierto que el nivel suele incrementarse bastante con el rodaje. Pero bueno, cuando Luis se sienta enfrente de mí y me mira con esa expresión tan conocida que equidista de la circunspección y la mala leche, todo puede ocurrir y yo me siento seguro. Así que valor y al toro!!!

 

Mañana crónica, y espero que sea una worthwile experience!!!

Tenía escrito un buen trozo de post cuando el ordenador se lo ha cargado. Me niego a reescribirlo, pero en cambio os dejo una muestra de las perlas que se me han venido a la cabeza cuando he visto que el Explorer se me colgaba:

 

“Puta puta puta reputa la puta más puta que Dios creó, el lunes puta el martes puta el miércoles no es puta es un gran putón” (Kyle, tu madre es una puta en do menor).

 

“Señores, a mí no me gusta, a mí no me gusta hablar malamente, coño, leche, cojones, joé, hostia, puta, huevos!!!” (Pedro Ruiz imitando a Alfonso Guerra)

 

“Me cago en los muertos de Blancanieves y los siete enanitos despellejaos” (Directamente de mi infancia)

 

“Eres un hijo de mil padres, todos tan bastardos como tú” (El bueno, el feo y el malo)

 

Me cago en Déu i en la creu i en el fuster que la féu i en el fill de puta que va plantar el pi” (Dicho popular catalán)

 

Etc.

Hace dieciséis años

Hace dieciséis años tenía gran parte de mi vida por delante, y sin embargo ya sentía nostalgia de lo pasado, que parecía muchísimo.

Hace dieciséis años mi mirada no salía más allá de las paredes del Instituto, que era todo mi mundo fuera de los libros.

Hace dieciséis años dedicaba las tardes de los viernes al baloncesto, como ahora se las dedico al fútbol. Qué poco cambian algunas cosas.

Hace dieciséis años aún no conocía las claves de las relaciones humanas, sabía muy poco de las personas. Hoy, con mucha más información, sigo sin saber demasiado, pero al menos creo que logro comportarme como si supiera.

Hace dieciséis años comenzaba el ciclo del Barça de Cruyff. Espero que la Historia no sea cíclica.

Hace dieciséis años fantaseaba con una historia de amor inexistente que sólo vivía en mi cabeza, y mi sensibilidad a la hermosura era tan grande como la indiferencia que yo despertaba . Hoy mi vida está llena de amor, nearly more than I can hold, y hace tiempo que dejé de ser invisible. Otras cosas sí que cambian realmente.

Hace dieciséis años vivía momentos inolvidables mientras me sumergía en la vida de gente como Beethoven, Velázquez, o Van Gogh.

Hace dieciséis años compartía mi tiempo y dedicaba mi afecto a gente a la que, en general, no importaba nada. Sin embargo, los pocos que se han salvado de aquella época ya no morirán nunca.

Hace dieciséis años una primavera turbulenta y vital anunció un verano de dolor y soledad que, afortunadamente, llevó a un otoño de renacimiento. Y el que nació fue el que soy ahora.

Hace dieciséis años era un niño con el que me gustaría encontrarme para explicarle bastantes cosas. Cualquier tiempo pasado, sin duda, no fue mejor, pero quién pudiera comenzar de nuevo, en otra vida.

Veinte de abril del 90

Hola chata como estás

Te sorprende que te escriba

Tanto tiempo es normal…

En la agonía serena

 Ayer cuando venía de Sevilla en el autobús, tuve un momento curioso. Me habían adjudicado la primera fila, y allí iba disfrutando del paisaje hasta que se hizo de noche. Como la luna del autobús a veces parece tan grande, se me vino a la cabeza una ensoñación funesta: me vi a mí mismo volando por encima del asiento y atravesando el cristal. Se instaló la idea de la muerte en mi cabeza, pero de un modo tranquilo, no de la manera perturbadora que suele hacerlo. Y vi la carretera desierta como anagrama del último tránsito, con los faros haciendo el papel de esa luz que dicen lo que han vuelto que han visto al final.

 

 

 Entonces, empezó a sonar en mi reproductor de mp3 la maravillosa música de Morricone para el duelo en “Por un puñado de dólares”, y situado como estaba yo en ese momento, me dio tal serenidad que deseé fervientemente escucharla cuando llegaran mis últimos segundos. No quiero encarar la Nada o el Algo desconocido de otra manera, que llevado por esas notas magistrales.

Morir, dormir, tal vez soñar

Morir, dormir, tal vez soñar

 Esta mañana en el autobús (hay que ver qué juego me dan los viajes de por la mañana) me han aparecido los sueños en mi vida de cuatro formas completamente diferentes: subconsciente, externa, vivida y literaria. ¿Qué cosa más rara, verdad? Pues así ha sido. Primero, al poco de montarme, se me han venido a la cabeza los restos del sueño que había tenido por la mañana: sólo recuerdo que era algo como una biblioteca, y una chica que conozco que normalmente es rubia se había puesto el pelo color caoba. Pasado esto, he retomado la lectura de 2666, que bueno, parece que después de 450 páginas, va a algún sitio. En el libro han descrito los sueños de algunos de los personajes, casi siempre sombríos, relacionados con asesinatos de mujeres o el asfixiante clima de Sonora. Cuando he llegado a Torrelodones y han empezado las curvas, me ha entrado el sopor habitual y me he quedado roque, aunque había dormido bien por la noche. Y finalmente, cuando ya llegaba a la Uni y me he despertado, se me han venido a la cabeza, sin venir a cuento, las estrofas del monólogo de Segismundo:

 

Es verdad; pues reprimamos

esta fiera condición,

esta furia, esta ambición,

por si alguna vez soñamos.

Y si haremos, pues estamos

en un mundo tan singular,

que el vivir sólo es soñar;

y la experiencia me enseña,

que el hombre que vive sueña

lo que es hasta despertar...

 

 

 Y de hecho, he llegado al despacho bastante fastidiado, porque era algo que de más joven me sabía enterito y que me he dado cuenta de que se me ha olvidado en gran parte. Bueno, al menos esto me ha servido para repasarlo, y de paso disfrutar de nuevo de los inolvidables versos de Calderón. Y así, he empezado con buen humor una mañana que ha transcurrido escuchando… Dream Theater.

 

Siete magníficos

Siete magníficos Y cómo nos lo pasamos en la boda...

Carnaval 2006

Carnaval 2006

Lo bueno es que a las nueve de la noche aún no teníamos disfraz...

Por qué escribo menos

 Llevo un tiempecillo que tengo el blog un poco abandonado, pero ni se me pasa por la cabeza dejarlo ni nada parecido, sólo ha sido un tiempo de escasez. A modo de excusa, os dejo aquí algunas razones por las que lo he tenido un poco desatendido:

 

1.- El semestre pasado tuve que prepararme alguna asignatura de la cual no tenía mucha idea, lo cual me he ha dejado poco tiempo para hacer investigación. Así, cuando han llegado las tres semanas de exámenes, me he volcado con los problemas de Topología, lo cual no me ha dejado mucho tiempo para pensar en otras cosas. Además, tenía un problema en particular que estaba en el punto obsesionante, de acordarme de él hasta en los momentos que preceden al sueño.

 

2.- Como dije hace algún tiempo, escribo diariamente un post (a veces dos) en el blog colectivo “Notas de fútbol”. Así, el poco tiempo que me queda del punto 1 lo dedico a esto, que normalmente me lleva un ratillo cada día. Al menos, me sirve como autodisciplina para escribir diariamente, e ir adquiriendo soltura. Estáis invitados, por cierto; si os interesa el deporte rey, los que escriben conmigo son unos cracks.

 

 3.- Vagancia.

 

 4.- Algunas de las cosas de las que me interesaría hablar no son blogueables, o bien por demasiado íntimas, o bien por lo que afectan a otras personas, etc.

 

 5.- Y last but not least, creo que el peor estado posible para escribir es la felicidad. Como decía Sabina, en esos momentos no se escribe, se vive. No sé si ahora seré feliz en el sentido pleno en que yo lo entiendo (seguramente no, le exijo mucho a ese concepto) pero con la vida que llevo estoy alegre y contento la mayor parte del tiempo –justo lo contrario de lo que me pasaba hace un año justo- y no necesito compartir con tanta urgencia como entonces.

 

 Pero bueno, ya os digo, es algo pasajero, no me abandonéis, que poco a poco iré volviendo. Cada mañana, cuando vengo a la facultad, se me ocurre algo sobre lo que escribir. Así que poco a poco creo que iré volviendo a la frecuencia.

 

 Besos a tod@s.