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El musolari errante

Timba nocturna, más controlada

De nuevo quedamos en casa de K, yo juego con A de pareja y K con D, nueva adquisición. En la primera vaca machacamos sin piedad con muy buenas cartas, 3-0, y en las otras dos ganamos fácil 3-0 y 3-1 con material más equilibrado. Me salieron varias cositas divertidas:

-          Ver un órdago a grandes con dos cerdos cuatro de primeras dadas y el marcador bastante apretado. Me sirvió para dar una miniconferencia sobre Estadística y la importancia de que tu compañero tenga un rey.

-          Ver  cinco a pares, y ganarlas, con dos seises.

-          Darme un mus negro con dos reyes y la una y clavar once a juego.

-          Adivinar que se iban a sacar nueve antes de ver las cartas. Eso es señal de que algo está volviendo.

En la cuarta y la quinta vaca llegó la sequía. No sé si en la tercera o en la cuarta cometí un fallo grave: yendo de postre y remontando, habiéndolo robado casi todo, jugarme un órdago a punto con 28. Lo perdí, y se me llevaron los demonios.

La cuarta se me quedó clavada, porque después de ir del 0-2 al 2-2 (el empate fue duples contra duples después de otro negro) sin coger nada de nada y K siempre con juego, llegamos a la última con 30-23, nos cortaron el mus y nos echaron órdago a grandes, y los dos sin nada preferimos dejarlo pasar teniendo yo rey-caballo y mi compa otro rey. Lo pensamos como cinco minutos, y lo hubiéramos ganado. La última, que fue a tres por exigencia de tiempo, comenzó 1-0 con un órdago a grandes que me eché en la primera mano con tres reyes, pero luego nos la levantaron. Buena noche anyway.

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