Clever swines
Este artículo es una de las lecturas más espeluznantes que jamás he tenido ocasión de realizar. Cuando he terminado de leerlo, lo primero que se me ha venido a la cabeza es una frase de Marat al principio de la Revolución francesa: "para que triunfe la revolución y se haga justicia, deben caer 170.000 cabezas". Esos hijos de puta merecerían que se empapelasen las calles con sus caras, y las de sus familias, y cualquiera que los viera les diera una puñalada en la cara. En el hotel del que habla el artículo les tenían que haber preparado un recibimiento como el famoso a los omeyas, o como la campana de Huesca. Sé que es inútil, que cuando el sistema se rehaga brotarán otros -porque está en la naturaleza del hombre- pero contemplar en directo como los despellejan vivos sería una demostración de justicia infinita (sí, la famosa operación de Bush, otro como ellos) y una visión moralmente muy, muy reconfortante.
Cerdos.
5 comentarios
Alberto -
Míriam -
Cluje -
@blancohumano, es interesante y lógico lo que dices. Me has recordado algo que leí hace poco sobre la relación entre la financiación de los candidatos americanos por parte de las farmacéuticas y el hecho de que ninguno proponga mejoras sensibles de la (tercermundista) sanidad americana.
Encantado de veros back por aquí, por cierto.
blancohumano@hotmail.com -
La solución es sencilla: aplicar la lógica.
El problema es que ningún partido político que lo haga saldrá elegido.
Da que pensar ¿no?
Gerard -
Desde cierto punto de vista esta gente la han liado gracias a las aportaciones de los ahorradores que sólo deseaban multiplicar sus ahorros sin preguntarse como.
Vaya, aprobecharse de las inercias de las masas sin importarte los resultados es ser muy cabrón, pero parte de las culpas es de las inercias, y por tanto de las masas.
Claro que, después de empalar, siempre les puedes colgar un cartelito del cuello rezando un "La próxima vez piensa antes de dejar tu dinero, como ves este no te lo va a debolver".