Promesas
Lucho, siempre lucho, ahora con una idempotencia que parecía trivial a primera vista y me está dando la lata, aún no me acompaña en mis sueños pero ya va apareciendo en mis vigilias, no es mala señal. La música de los Piratas me dominó anteayer, quiero escucharlos más, me gustaría ver a Iván Ferreiro en directo pero estoy en Murcia y de todos modos tampoco sé cómo será en solitario. Pero me quedo con esas promesas que no valen nada, no es mi canción favorita, ni siquiera de ellos, pero maldito si me importa. Y se me va la cabeza a ese Promise de Bruce que me haría odiarlo si fuera cantautor por haberse permitido el lujo de ignorar tal canción –como tantas otras- en su discografía oficial. Y también a las promesas selladas, húmedas y granates de la alocución de Cyrano en el balcón, y a I promised myself, que no sé por qué me recuerda a Carlos y no a grabaciones cutres en cintas de cassette, cuando estaba mucho más solo, la voz de los disc-jockeys baratos de los 40 ensuciaba y ensuciaba, seguramente adrede, y mi falta de criterio me condenaba a hacer mezclas que ahora son joyas por cuanto atraen aromas del pasado.
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Míriam -