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El musolari errante

Corridas literales y mentales

Corridas literales y mentales Esto ya se lo he contado a bastante gente, pero merece estar en el blog. Aviso que lo que voy a contar es un poco gore.

Resulta que estaba soñando que un toro cogía a un matador introduciéndole el cuerno en el ojo y aplastándole la cabeza contra el burladero. Mientras, en mi cabeza sonaba una estrofa de la canción de Sabina "De purísima y oro", concretamente la que dice "Manolete cuadra al toro en la Plaza de Linares"; sin embargo, en el sueño, yo sabía, con esta extraña certeza que sólo en los sueños se posee, que el que estaba sufriendo la horrible cogida era Juan Belmonte. Cuando me desperté tembloroso, porque la escena era en verdad dantesca, estuve unos momentos en esa temblorosa frontera que separa el sueño y la vigilia; no supe con certeza que había vuelto al mundo de los vivos hasta que recordé (no sé de dónde) que aquello era imposible porque Belmonte se había suicidado de un disparo de escopeta. Esto sucedió minutos antes de recordar que la escena con la que había soñado era la muerte real de Manuel Granero (en la foto), causada por el toro Pocapena en los años veinte. Esa terrorífica escena la vi cuando pequeño, y en concreto la imagen de la cabeza del diestro convertida en un amasijo de sangre, carne y huesos me estuvo aterrorizando durante -sin exagerar- durante años. Así, se me habían cruzado tres vertientes distintas de la actividad mental-sensitiva en la pesadilla: la visual (Granero), la auditiva (Manolete) y la puramente memorística (Belmonte). Me resultó muy llamativo.

Lo más curioso de todo es que no me gustan las toros.

10 comentarios

Fernandel -

La tauromaquia es un arte, es noble, estético... todo menos cruel. Crueles con los animales son los mataderos, y no lo digo por demagogia, sino porque lo sé.

Aquel que quiera darle una oportunidad a este arte me comprometo a invitarle a una novillada. Cada vez que he realizado este experimento (aunque no han sido muchas) el sujeto ha acabado quitándose de encima los prejuicios que habitualmente nos invaden.

Alberto -

Pues a mi me gustan los toros. No es que me apasionen, pero me gustan. En cuanto a lo del sufrimiento del toro, no creo que lo pase mejor en un matadero.

por otra parte, estoy totalmente de acuerdo con Satra en que la protección antispam es un coñazo.

Cluje -

Gerard creo que te confundes con el Coliseo, donde hacían auténticas luchas contra bestias. Me parece que cuando echaban a los siete muchachos y a las siete doncellas en el laberinto del Minotauro las oportunidades que tenían de sobrevivir eran las justas; por otra parte, creo que los centauros -excepto Quirón- a lo que se dedicaban eran a emborracharse y a liarla posteriormente; exactamente igual que alguna gente que conozco.

Gerard -

Ramón, lo que cuentas me suena a la grecia clásica, solo que ahí se luchaba contra minotauros, centauros,... no se, tenia más gracia.

Y bueno, lo de batirse en duelo con la bestia, al fin y al cabo depende mucho de lo que tengas que perder y que ganar.

Cluje -

Ya te digo, a mí no me gusta por el maltrato precisamente. Pero lo de lucha a muerte entre el hombre y la bestia, o sea, que suelten al toro por un lado y al torero con muleta y estoque al otro, sin monosabios, sin banderilleros y sin picadores y sin burladero, me parecería genial. A ver cuántos tenían collons de ponerse a torear.

Sara -

Me parece que la lucha entre gladiadores de los tiempos de la Roma Imperial eran más de igual a igual que el hecho de maltratar a un pobre toro que no tiene culpa de nada más que de ser de una raza especial.

(esto de la protección antispam es un coñazo...)

Cluje -

Vale, pero si fuera así, una vez solos en la arena sería una lucha justa, que es lo quería decir con "de igual a igual". Evidentemente, ambos no son iguales, porque por ejemplo el toro siempre tiene cuernos...

Irene Adler -

Se te ha olvidado un detalle en eso de: "de igual a igual". Uno de los combatientes no está allí porque quiere, está obligado y sin enterarse de nada.

Cluje -

Bueno, creo que el hecho de que no me gusten no tiene mucho que ver con aquello. Por otra parte, me encantarían los toros si no se picara al morlaco y no hubiera banderillas. Hombre contra bestia, fuerza bruta contra inteligencia, de igual a igual.

Sara -

La verdad es que no me extraña que no tu gusten los toros si te traumatizaron tan pequeño con aquella escena.

Tengo que reconocer, que aunque no la hubieras visto, me parece normal que no te gusten. Para mi lo raro es que le gusten a alguien