La ciudad de los prodigios
Este fin de semana he vuelto a la hometown a encontrar a algunos de esos que ya no creo que nunca se me pierdan, y una de las cosas no completamente banales que hemos hecho ha sido diseñar una excursión a San Sebastián en Semana Santa. Como una parte importante de los viajes que he emprendido en mi vida, nació éste de una forma curiosa. Tengo un amigo muy querido, Davide, con el cual he tenido un número aproximado de 53763897 veces la siguiente conversación (donde pone X, escribir el nombre de una ciudad).
- YO: He estado en X, y me ha encantado.
- DAVIDE: Sí, pero San Sebastián es mejor.
Así, durante años me ha ido metiendo poco a poco el gusanillo de ir a visitar Donostia; y como estas cosas se culminan cuando se culminan, un día, en medio de una borrachera, me dijo en imperativo: "Te vienes a San Sebastián, aunque sólo sea a comer rape!!!" Y a mí, claro, no me quedó más remedio que asentir, con la mejor de las disposiciones. Para que me guste tanto debe de ser increíble, porque llevo vistas bastantes ciudades... Baste decir que hoy, mientras esperaba en la cola de embarque en Barajas, he mirado los monitores anunciando vuelos, y de unos 40 destinos sólo había 3 o 4 en los que no había estado. No puedo negar que me sentí bien por el bagaje acumulado, y además se me vino a la cabeza una pregunta, que os pongo aquí:
¿Cuál es vuestra ciudad favorita, y por qué?
En lo que a mí respecta, la maravillosa París desde el punto de vista artístico y metropolitano, y Ginebra (palabra polisémica y apetecible desde todos los puntos de vista) para vivir, excluyendo lengua.
- YO: He estado en X, y me ha encantado.
- DAVIDE: Sí, pero San Sebastián es mejor.
Así, durante años me ha ido metiendo poco a poco el gusanillo de ir a visitar Donostia; y como estas cosas se culminan cuando se culminan, un día, en medio de una borrachera, me dijo en imperativo: "Te vienes a San Sebastián, aunque sólo sea a comer rape!!!" Y a mí, claro, no me quedó más remedio que asentir, con la mejor de las disposiciones. Para que me guste tanto debe de ser increíble, porque llevo vistas bastantes ciudades... Baste decir que hoy, mientras esperaba en la cola de embarque en Barajas, he mirado los monitores anunciando vuelos, y de unos 40 destinos sólo había 3 o 4 en los que no había estado. No puedo negar que me sentí bien por el bagaje acumulado, y además se me vino a la cabeza una pregunta, que os pongo aquí:
¿Cuál es vuestra ciudad favorita, y por qué?
En lo que a mí respecta, la maravillosa París desde el punto de vista artístico y metropolitano, y Ginebra (palabra polisémica y apetecible desde todos los puntos de vista) para vivir, excluyendo lengua.
21 comentarios
Fernan -
Cluje -
Nfer -
Tal vez "amar" sea el grado más elevado, querer, apreciar, estimar, sentir afecto (qué raro pero no es lo mismo "afectar" que sentir afecto") son gradientes o tonalidades. A veces van de la una a la otra. Y qué decir del odio, del rencor, que a veces son la otra cara de la misma moneda...
Cluje -
Respecto a lo que tú dices de que uno ama a su tierra, Fer, el razonamiento me parece correcto, aunque creo que amar es un poco fuerte; yo por Badajoz siento ahora mismo afecto, y no creo que olvide que me fui huyendo de allí hace nueve años.
Fernandoide -
Fernándico -
"Yo amo a mi tierra/patria/ciudad no porque sea la mejor, ni la más grande, ni la más bonita, sino porque es la mía"
Nfer -
El faro funcionaba en un edificio circular, hecho de madera de lenga. No se trataba de un faro tradicional: la cabina era octogonal, con dos sus lados (que daban al mar) cubiertos de gruesos cristales, tras los cuales se colocaban las 7 lámparas a petróleo que lo iluminaban. En el interior había algunos camarotes, unos con cuchetas para que durmieran los marineros, y otros para depósito. Las paredes eran de madera y el techo de zinc.
Si bien el faro tenía un alcance limitado, era la única luz existente en esos tiempos al Sur del Río de la Plata, en una ruta por entonces muy transitada. Fue el primer faro de las costas australes, pero sólo brilló durante 18 años, pues fue desafectado del servicio en 1902.
Desde febrero de 1998, gracias al navegante francés André Broner, está funcionando una réplica exacta en honor al que inspiró a Julio Verne en su famosa novela "El faro del fin del mundo". La imaginación del escritor sitúa su fundación por un Capitán de la marina argentina, el 9 de diciembre de 1859, en una bahía de la Isla de los Estados a la que llamó d'Elgor.
Alberto -
Cluje -
Nfer -
Alberto -
Nfer -
Cluje -
Y qué decir de tu lista, Alberto, muchas de esas maravillas las hemos descubierto juntos... Y me has recordado la canción de Sabina:
"He llorado en Venecia,
me he perdido en Manhattan,
he crecido en La Habana,
he sido un paria en París,
México me atormenta, Buenos Aires me mata,
pero siempre hay un tren
que desemboca en Madrid".
Alberto -
De las que he visitado tal vez la más intensamente hermosa sea Florencia. Aunque también están el atardecer en un pub la Old Town de Edimburgo, la música de la calle O'Connell de Dublín, y la de todo Salzburgo, la torre Eiffel vista desde su base, las piedras rosas de Heidelberg, la imposible combinación de barroco y románico en Santiago, la acumulación de talento en la Abadía de Westminster en Londres, el encanto de la decadencia en Lisboa, y aún más en Venecia, la fusión del mar y las montañas en Barcelona, la tranquilidad de Ginebra o de Zurich, la majestad de la catedral de Colonia, la Alhambra, las piedras milenarias y aún vivas de Roma,...
Y me faltan tantas: Estambul, Alejandría, Atenas, Moscú, Kiev, Praga, Budapest, Jerusalén, Damasco, Nueva York, México, La Habana, Buenos Aires, Sidney, Santander, Cuenca, Burgos, León, Amsterdam, Tokio, ...
Lola -
Nfer -
Fernandel -
Yo soy muy muy muy sevillano, y adoro mi Sevilla. Le echaría 1001 piropos, pero mi ciudad preferida es Cádiz.
Cádiz es una isla con historia, con presente, y con futuro. Entrar por las puertas de tierra después de la interminable avenida siempre me hace sentir emoción y respeto. Me gusta Cadiz a rabiar, el centro, el caso histórico, con sus apéndices como el castillo de San Sebastián, en días de temporal cuando el agua te lleva si quieres cruzar la pasarela para llegar al castillo (más jodido es si ya estás en el castillo y quieres volver a tierra firme). Y el museo arqueológico, con la historia milenaria de una de las ciudades más antiguas de Europa...
Podría pasarme hablando de Cádiz mucho tiempo, pero como no sé cuándo volveré a darme un paseo por el Campo del Sur y no quiero emocionarme más de la cuenta, lo dejo aquí.
eseprimo -
eseprimo -
Tio Petros -
Podíamos tomarnos unas cañas...
Palimp -
Pero BARCELONA es mejor.