To the other side of the world
Bueno, pues mañana me voy a Nueva Yol. Realmente, es la primera vez en mi vida que voy a viajar a un sitio en el cual no me imagino estar. Sencillamente, se me hace inconcebible que este despreciable cuerpo mío sobrevuele el océano y de repente me vea entre tales colosos, a mí, el hombre que más pesadillas ha tenido con rascacielos en el Barrio del Pilar y zonas adyacentes. Y pesadillas desde abajo, nada de caerse, desde el día que teniendo escasos once años, vi por primera vez el edificio del BBVA en el Paseo de la Castellana. No me veo, y el viaje me impone, la amenaza de overbooking –que Rosa suffered hace poco-, nunca ocho horas en un avión, ¿llegarán las maletas?, y el hecho de ir a un país que mantiene un campo a medio camino entre la concentración y la tortura, y donde te pueden meter el dedo en el culo si tu cara o tu nombre se parecen a la de un traficante.
Pero bueno, a pesar de todo, ¡qué ganas tengo de ir!
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