Fuckin' wild bunch
Hacía alrededor de cinco años que no los veía, y hoy ha llegado el momento. Otra vez ese amanecer en el burdel, silencios y miradas. Y ese “Vamos a por él”, a rescatar al amigo torturado, su cuerpo exánime y sangrante. La convicción en los ojos de todos de que ese viaje era de no retorno, una lotería a vida o muerte sin boletos, asumida con la misma despreocupación con la que habían vivido. La despedida de esas putas que ya vieron la negrura en la mirada de los cuatro.
Dos insoportables minutos en que las cámaras les siguen bajo ese sol abrasador, en un pueblo anónimo, en una frontera que podría ser cualquiera. Toda la desolación del mundo está reflejada en la extraña apostura de estos caminantes decididos, representantes de un mundo que ya no existe, solos ellos con su libertad. Nunca vista tanta promesa de violencia como en esos fusiles sostenidos con aire desgarbado, pero firme; nunca salió tanto olor a matanza de una postal aparentemente tan pacífica.
Y lo más sorprendente es que cuando finalmente Pike, Dutch, Lyle y Tector llegan a la presencia de Mapache y ven delante de sí cómo su camarada es apuñalado cobardemente en la garganta, la orgía de sangre y muerte que se desencadena consigue superar la más siniestra de nuestras expectativas. Nada ahorra Peckinpah en estos cinco minutos para la historia del gran cine: ni el asesinato en masa, ni las mujeres usadas como escudos humanos, ni la agonía cruel de nuestros cuatro hombres, filmada con detalle escalofriante. Nadie ha retratado la violencia como él en ese final inolvidable: ese montaje frenético (cortesía también de Lou Lombardo) a las alturas de Marienbad o Memento, las subhistorias dentro de la propia masacre, la alternancia jamás igualada de cámara normal y lenta, la deconstrucción de la secuencia y consiguiente dilatación del tiempo fílmico hasta niveles inimaginables... Muchos lo han intentado después, pero el legado del maestro de Fresno continúa incólume. Como el recuerdo en mi cabeza de cuatro valientes.
¿Que no os creéis que sea para tanto? Pues echad un vistazo aquí.
0 comentarios