No es tan raro como parece...
Desde que doy clase de Estadística (me sigue costando, de todos modos, contestar eso cuando me preguntan en mi Facultad que qué hago y el interlocutor no espera una frase larga) reparo aún más que antes en el tema de las probabilidades, y me doy cuenta de algunas cosas que a veces pasan desapercibidas. Ayer, por ejemplo, volvió a ocurrirme.
Estábamos Rosa y yo en casa de unos amigos, una pareja de gallegos que nos invitaron a comer, con toda la excelencia que ello representa. Cuando concluyó el festín, y tras plantearse la posibilidad de un paseo al aire libre, acabamos viendo fotos de infancia de la chica, M., que tenía tropecientos mil álbumes donde estaba una gran parte de su vida. Y cuando nos pusimos manos a la obra, yo pensé que realmente no sería tan raro encontrar entre las fotos a alguien que yo conociera, y no lo hubiera hecho a través de M. ni de Rosa; añado que esta chica ha pasado su vida entre Pontevedra y Zaragoza, y que sólo vino a Madrid muy recientemente.
Pues bien, ocurrió!!!! En una foto de grupo de chicos de su residencia, apareció una foto de un chaval a quien distingue una mancha en la cara. Tras las correspondientes averiguaciones, llegamos a la conclusión de que era un matemático a quien conocí hace tiempo en un Encuentro de Topología en Pamplona (saludos si me lees). Cada vez me creo más cosas como el "six degrees of separation", una cadena de seis personas tal que cada una conoce a la siguiente puede llevarte a cualquier persona de la Tierra -excluyendo ermitaños y similares, claro-.
Y lo más importante, cuando se acabaron las fotos se montó la timba de mus. ¡¡¡¡POR FIN!!!!
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Fernandel -
Cluje -
Lola -