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El musolari errante

Acerca de 2666

Acerca de 2666

Este post en realidad es un comentario que pensaba colgar en el blog de Palimp, pero he sido incapaz en dos días, así que lo dejo aquí. Advierto a quien quiera leer la novela que desvelo algunas cosas del argumento.

 Ya he terminado 2666, y tengo impresiones encontradas respecto al libro. Por una parte, me parece increíble la imaginación de Bolaño, las miles y miles de historias diferentes y de contextos que hay metidos en sus cientos de página. El estilo no me ha llamado la atención, me ha parecido plano excepto en momentos muy contados (yo también hubiera destacado el párrafo de los electroshocks que aparece aquí). Estos días acabo de terminar Alfanhuí, y comparar el estilo de Ferlosio con el de Bolaño, por ejemplo, es como comparar a un adulto con un niño.

 

Mi experiencia como lector ha sido más o menos así. La parte de los críticos me gustó e interesó sobremanera, excepto quizá sus últimas páginas, en las cuales parece que todo se va sumergiendo en la Nada. La parte de Amalfitano se ve claramente incompleta, y se nota; además su papel en la construcción global de la novela parece irrelevante. La de Fate me gustó algo más, aunque hasta su final, y salvo por algunos detalles muy aislados, cada parte podía ser una novela independiente. Más o menos al final de ésta (y leídas 450 páginas más o menos) me di cuenta de que la novela iba hacia algún sitio; me parece un riesgo muy grande desde el punto de vista de la relación escritor-lector, y en el sentido de que te arriesgas a que tu lector te abandone (y eso leí que hizo algún comentarista de la página que enlazaste).

 

 

La parte de los crímenes tiene el mérito de cambiar completamente y hacerlo con éxito a la crónica periodística, y también de narrar decenas de ellos de forma aséptica sin hacerse pesado y sin que el interés decaiga. Sin embargo, plantea lo que me parece un problema de objetivos: si durante estas 300 páginas el mayor interés despertado es la identidad del asesino, no puedes despacharlo de la forma tan irrelevante que lo hace, en la opinión de otro personaje, sin motivos para creerle o no, y sin dar más explicaciones posteriores. Esperaba encontrar dicha explicación en la parte de Archimboldi (que por cierto, me bebí), pero no fue así. Parte del último libro me dio la impresión de biografía-de-friki-ya-vista, aunque con hallazgos notables, como la historia de cajas chinas de los rusos.

 

  Mi visión global es que Bolaño toca muchos palos buscando una suerte de novela total, pero considero el intento más fallido que exitoso. Demasiadas cosas que chirrían, otras que suenan a pegadas con pegamento; poca autentica cohesión global, demasiados detalles inflados que luego resultan arbitrarios o prescindibles (llamativa la recurrencia, por ejemplo, de la mutilación de pezones), demasiados personajes que desaparecen cuando aún tenían mucho que decir. Sólo diría que son buenas la primera y la cuarta parte, considerados como novelas independientes, aceptables la tercera y la quinta. Como un todo, lo veo muy lejos de las pretensiones, de las críticas tan favorables que ha recibido y de lo que pone en su contraportada. Aún así, no ha estado mal leerlo, habitualmente, en cada pequeña historia concreta, te interesas y no te aburres. De todos modos, no es un libro que recomiende, ni Bolaño un autor cuyo nombre apunte.

 

 

6 comentarios

José Manuel -

Creo oportuno apuntar que la novela estaba inacabada a la muerte de Bolaño. Este no es un hecho baladí, es un trabajo sin terminar.

Por otra parte, me gustaría hacer una cita relevante en este contexto:

«Qué triste paradoja, pensó Amalfitano. Ya ni los farmacéuticos ilustrados se atreven con las grandes obras, imperfectas, torrenciales, las que abren camino en lo desconocido. Escogen los ejercicios perfectos de los grandes maestros. O lo que es lo mismo: quieren ver a los grandes maestros en sesiones de esgrima de entrenamiento, pero no quieren saber nada de los combates de verdad, en donde los grandes maestros luchan contra aquello, ese aquello que nos atemoriza a todos, ese aquello que acoquina y encacha, y hay sangre y heridas mortales y fetidez»

Creo que tienes razón, la novela apunta hacia algún lado, el autor hace una apuesta, y la pierde.

En un plano personal, yo disfruté mucho la novela. Sin embargo, creo que esto se debe en gran medida a mí lectura previa de Los Detectives Salvajes.

Ángeles -

La recurrencia a la mutilación de pezones no es un empecinamiemto de Bolaño, en los feminicidios de Ciudad Juarez las cuerpos encontrados presentan, recurrentemente, los pezones mutilados.

Cluje -

Javier, yo no he dicho que estuviera esperando un clímax ni nada parecido; simplemente, que me parece un recurso muy fácil dejar tantas conjeturas al albedrío del lector y no resolver nada. No es así como se deben presentar las cosas, en mi opinión.

A lo mejor vuelvo a leerla cuando "esté" un poco más grande, aunque no tengas ni idea de cómo de grande estoy ahora.

Javier -

Creo que no entendiste partes de la novela, o bueno, más bien, pensabas encontrar algo resaltado en negritas y que dijera: este es mi climax, de esto trato.
La riqueza de ésta obra es el retrato del mundo voraz y atroz en el que vivimos, el capitalismo como un devorador de almas. La parte de los crimenes no va a tener un asesino porque si no sería completamente inútil haberla basado en Cd. Juarez, ya me dio hueva seguir escribiendo, te recomiendo que leas esta novela de nuevo cuando estes un poco más grande.

Palimp -

Pensaba que te había contestado y ya veo que no...

Siento que no te gustara, pero creo que 2666 no es el mejor libro para empezar con Bolaño. La fama que tiene le viene más por el hecho de ser una novela póstuma que por un reconocimiento repentino de la calidad del autor. A mí me gustó mucho (ya lo sabes) y no me parece que tenga un estilo plano, pero no soy objetivo. Quizá monótono, pero creo que es a propósito.
Hay que tener en cuenta que esta novela la escribió contra reloj -ya sabía que se moría de cáncer- y por eso hay partes más completas que otras.

Bueno, que para gustos los colores...

milady -

pues hala, me has convencido de que no me lea al bolaño ese y me has recordado que aún no he leído Alfanhuí, aunque como preparación para este verano tenía pensado releerme El Jarama, que no hay cosa que me agrade más que pasear por los paisajes que conozco de los libros antes que de la lo que la realidad ha dejado de ellos. Una vez más ganan los clásicos, pero a este paso no voy a conocer a ningún autor más joven que yo misma.