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El musolari errante

Beno Eckmann y lo maravilloso de las Matemáticas

Beno Eckmann y lo maravilloso de las Matemáticas Anteayer fui en el Instituto de Estudios Catalanes a una charla de Jean-Pierre Serre, indiscutiblemente uno de los cuatro o cinco mejores matemáticos vivos de la actualidad. La sala estaba llena a reventar, hasta el punto de que habría unas cincuenta personas de pie. El hombre tiene 77 años, creo, y realizó un recorrido por sus teoremas favoritos de Teoría de Grupos para caerse de espaldas, espectacular. Empezó con los teoremas de Sylow y acabó con la clasificación de los grupos simples finitos (algún día postearé algo sobre esto último, que me resulta fascinante).

Sin embargo, no voy a entrar aquí en los contenidos de la charla (a menos que algún blogueiro me lo pida, claro) sino en algo que ocurrió un rato antes. Resulta que el motivo de la venida de papá Serre fue el el vigésimo aniversario del CRM, un instituto de Matemáticas que hay en Cataluña, donde por cierto mi grupo de investigación celebra habitualmente sus seminarios. Así, antes de la lección magistral hubo los correspondientes discursos del director del CRM, del director del IEC, del consejero de nosequé y del presidente de nosecuántos. Como a mí me aburren soberanamente los actos académicos, me dediqué a enredar con los papelotes que nos habían dado al entrar, unos cuadernillos de resumen de actividades del Instituto en estos años y una transcripción de algunos de los discursos. Y así, encontré el de Beno Eckmann, que es un topólogo de Zürich que en cierto modo fue el ideólogo de la fundación del CRM. Está bien decir aquí que este matemático no es precisamente un cualquierilla: aunque no al nivel de Serre, ha sido uno de los líderes de la Topología en el siglo XX (quien no sepa qué es la Topología y le interese, que le eche un vistazo al weblog de Tío Petros, donde lo está explicando con su claridad habitual), y en particular tiene cientos de descendientes matemáticos (doctorandos, doctorandos de doctorandos, etc.) de los cuales yo soy quizá el último de momento.

Pues este señor estaba invitado a dar el discurso principal del acto académico, pero no pudo hacerlo por problemas de salud, desgraciadamente no raros, ya que tiene 87 años. Por ello, mandó el discurso transcrito. Y cuando lo leí, me gustó muchísimo, y dos o tres párrafos en especial me encantaron, porque hablaban con enorme cariño de las Mates, desde un punto de vista maravilloso en el cual creo que nunca había pensado, yo que siempre había admirado la belleza formal y disfrutado intentando penetrar en sus secretos (algún día también postearé sobre esto). Aquí están, en una traducción mía que quiero creer que no es pésima. Espero que os gusten:

“Déjenme preguntar: ¿Cuáles son las herramientas principales de un matemático? ¿La biblioteca, el lápiz, el papel, el ordenador? Sí, por supuesto. Pero la mejor de la que disponemos no es ninguna de esas, sino el colega matemático, el contacto personal. Hoy tenemos e-mail, páginas web, acceso rápido a todos los departamentos del mundo, prepublicaciones en internet, chats... sin embargo, nada de esto puede reemplazar el hecho de hablar en la pizarra, o sentados tranquilamente alrededor de una taza de café, el percibir la reacción del otro ante la sugerencia sorprendente, la idea súbita, la duda en su voz.

Esto era exactamente así hace cuarenta años, cuando la tecnología moderna aún no existía. Las Matemáticas, tanto las clásicas como las modernas o las posmodernas, constituyen para mí una empresa conjunta de toda la comunidad de matemáticos. No necesitamos que la llamen la Reina de las Ciencias; otros campos pueden ser igual de importantes, incluso más. Pero lo que sí sabemos es que las Matemáticas son una manera universal de entenderse a través de la construccion teórica, y que esto es la base de la tecnología moderna. Además, es parte de nuestra cultura, nuestra herencia cultural, transmitida de generación en generación, que establece poderosísimos lazos de unión entre gente de todo el mundo [...] En nuestro esfuerzo común, desarrollado siempre en una atmósfera de libertad intelectual e intercambio respetuoso, contribuimos no sólo al futuro de los matemáticos sino al futuro de la Humanidad".
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4 comentarios

Cluje -

Es maravilloso, y además torpe de mí, que nunca lo había pensado desde ese punto de vista. Suerte para la charla, Lola!!!

TioPetros -

Qué bellas palabras!

Lola -

bueno, es que el ordenador es más cómodo, pero más impersonal también. Mi charlita la daré con pizarra, a pesar de tenernal hecha a tex. Porque yo lo valgo. I need a coffee ya pero ya.

noelia -

"... sin embargo, nada de esto puede reemplazar el hecho de hablar en la pizarra, o sentados tranquilamente alrededor de una taza de café, el percibir la reacción del otro ante la sugerencia sorprendente, la idea súbita, la duda en su voz."

Me encanta!! Ayer con mi jefa estábamos hablando precisamente de cómo se tienen que hacer y enseñar las matemáticas.
Conclusión: Dónde esté una buena pizarra, por favor, no me pongan un Power Point!!